jueves, 2 de abril de 2009

A Salvador Elizondo

Me dicen la chica paradoja pues sólo puedo decir que no puedo escribir, escribiendo. Aún no he encontrado otra manera de heredar al tiempo mis palabras; cortas o largas, graves o agudas, acentuadas como mi cintura o tácitas como mis sentimientos.

No quiero escribir queriendo no escribir y escribo. Escribo que escribo que no quiero escribir escribiendo que no quiero escribir. Ad fastidium.

Palabras... No las quiero escribir.
Palabras, no las quiero escribir.

4 comentarios:

IVAN CABRERA dijo...

Gracias!

Rojo Buendía dijo...

Sabes, hay muchisimos textos (exagero, pero si son varios) que he escrito a partir de la necesidad de escribir, de decir que no tengo nada que decir.

Otras veces las palabras vienen por sorpresa o a la menor (pequeña) provocación.

apredo -apenas- a vivir constantemente en un mundo formado de palabras.

Yo Pretencioso dijo...

pasa que cuando uno tiene mucho qué decir no hay medio ni fin, y pasa que cuando uno se aferra a externar lo que quiere sacar a fuerza de teclazos, nada mas no se puede sino espetar la necesidad de letras... para llenar su ausencia.
Buen blog. Nos leeremos pronto.
Saludos!

Falso Profeta x dijo...

escribeehhh