Ciertamente, y patrocinado por el calentamiento global, esos molestos protozoos del paludismo han conquistado nuevos hábitats antes inexplorados debido a las bajas temperaturas. Gracias al creciente grosor de la capa de ozono, lugares como el monte en el que vivo gozan ahora de temperaturas más altas y con ellas la llegada de inmigrantes exoesqueléticos.
Mi cabeza acribillada es lo más in para estos indocumentados. No me quejo mucho, sólo cuando se queda algún malacopa zumbándome al oído sus problemas personales después de cerrado el changarro; entonces sí, "Raidolito to the rescue, déle su merecida patada en el exotrasero por favor. Me reservo el derecho de admisión".
Después de todo, ¿quién me manda a ser tan ideática?
(Sylar es el responsable de lo que falta de cabeza)
2 comentarios:
cuidese, me fuí a al playa el fin pasado, jaja, mucha tragedia pero me doy chance, y me pikotearon, baaah, prefiero coincidir con usted en los cafeceses que en los consultorios, no?
Un saludoTe
¡yummy!
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