lunes, 11 de mayo de 2009

Morí

La fecha exacta de mi muerte... no la recuerdo. Morí y en mi acta de defunción me apellidaron Blanchot, morí para escribir. Aún no sé exactamente cómo fue, sólo comencé a escribir y sin darme cuenta fui muriendo. Puedo decir que cada tecla que oprimía, cada palabra que salía de mis dedos estaba escrita en una combinación de ceros, unos y glóbulos rojos. ¿Pero qué necesidad de escribir? ¿Qué necesidad de decirte a ti algo, ahorita? ¿Qué necesidad de plasmar mi esencia?



Cabe mencionar que fue una gloriosa muerte, siendo atropellada por el carrito de los tamales (cruz cruz que se vaya Camus).

7 comentarios:

Buendía dijo...

Tipilla
Que bueno que regresaste.

Rojo Buendía dijo...

de alguna manera no te vas, no para mi.

porQue escribimos, es de verdad una necesidad personal, entonces porque carajos me falta que me leas, y me pongo alegre cuando dejas un post?

no sé

aunque en ocasiones, si es solo drenarse, y exponerse al tiro al blanco esperando la expiación, será?

je ne sais

Falso Profeta x dijo...

jaja copionaaa! te robaste mi muerte.

Falso Profeta x dijo...

vahjaverr

EtaCar dijo...

Dice el mismo tipo, pero en unas palabras finales de un libro maravilloso llamado El libro por venir: "Todo en nosotros no debería ser sino una fiesta feliz cuando algo que no hemos previsto, que no aclaramos [como las preguntas que él se hace] que va a hablar a nuestro corazón con sus únicos medios [la escritura], se realiza". "Mirar la noche golpeada hasta la muerte, seguir bastándonos en ella".
Bienvenida Amanda, al infiernillo blanchotero. Verás que más que un suplicio, leerlo se convierte en un hastío, a veces feliz, a veces terrible.

Mar dijo...

Una muerte honorable no es morir enrollada en la bandera. No, qué va. ¡Morir atropellada por el carrito de los tamales sí que lo es!

Excelente.

Ardilla... dijo...

No recuerdas la fecha exacta pero sí que fue por culpa de un carrito de tamales??

Gracias por el dato, desde hoy estaré alerta.